Antes de partir las horas se acortan
Una vez más, antes de partir, el sol de la mañana se alía conmigo
Al mediodía me iré hacia el sur y me alejaré de tiempos amables
Con prisa y con sosiego recorro ilusionado dibujando sus calles
Batiéndome con ese reloj que acorta las horas pero es mi amigo
Decía Stalin que el destino baraja las cartas, nosotros las jugamos….la actitud con que juguemos determinará nuestro estado de ánimo…
Un abrazo desde México!
01/11/2012 en 21:08
Tienes mucha razón. Una actitud constructiva y de superación siempre son necesarios.
¡Un abrazo desde España!
01/11/2012 en 22:47
Ese reloj marcando la vida cada segundo, como faro que ilumina los instantes, y marca los claroscuros del día así como nosotros marcamos nuestros pasos.
Bellísimo reloj, con una perspectiva mucho más amplia que la tomada en mi foto:-).
Besos, Ale.
01/11/2012 en 22:32
Buscaba el equilibrio en la escala del reloj y el bello edificio, jugando con la perspectiva y una hiperfocal.
¿Sabes? Tras ese edificio se encuentra una losa con una inscripción en recuerdo de «El Carbayón», que era un árbol pentacentenario, un roble enorme que cuando talaron medía 30 metros de altura y que lógicamente era un gran símbolo de la ciudad. Por su causa los ovetenses son conocidos también como «carbayones».
Un abrazo 🙂
01/11/2012 en 22:58