Albor en la cúpula del templo
Caminaba a la luz de las calles ignorando la brevedad de la noche
cuando el albor tiñó de cálido resplandor la cúpula del templo
La levedad de los pasos oníricos se desvaneció sin más reproches
y la grave razón sublimó las caricias de tus embriagadores besos
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