Bajo la niebla de la ría
Bajo la niebla de la ría se difumina la realidad y mi mente se enajena, consciente pero tranquila, subyugada por grandiosidad de la naturaleza.
La lanza del destino
Qué perdido estaba sin tu auténtico ser
alegrando las horas de cada mañana
besando las lágrimas que querían doler
borrando las horas de noches malvadas
Qué burla cínica escondía el destino
buscando venganza, hallando olvido
Por qué me inquietas niebla tan ciega
ofuscando las manos que me sosiegan
Pero no temeré tus tretas y ardides
porque Sol despierta y es mi amigo
porque Viento es la lanza del destino
y Victoria su amante en mis jardines
Embriagados por la niebla
El cielo y la savia son embriagados por la niebla
Reflejando tras su velo mi universo de los deseos
Me llevarán suavemente acariciado por tus besos
Mil sonrisas tenuemente entrelazadas en la tierra
Debe estar conectado para enviar un comentario.